jueves, 18 de octubre de 2012

Agua

El interior viscoso y abultado era un lugar perfecto, hasta que los canticos acuáticos cesaron. En la penumbra temí por mi calma, por la seguridad de mi universo blanquecino, rojo, púrpura y lila, la aurora boreal que danza acompasada en un eje de ciega melancolía, se acerca temerosa queriendo acariciarme, dejando por unos segundos con una extraña sensación a contraluz.
Todo va cambiando aquí dentro, todo se agranda y empequeñece, comencé a ver todos los contornos bien formados y fue hermosa su simetría.
Cuando la música llena todo, me dejo flotar alrededor, nado, sueño, siento y percibo desde mi acuario el jubiloso pasar del tiempo que siempre espera.
Cerré mis ojos por lo que parecieron minutos, el némesis decidió expulsarme de mi encierro y todo da vueltas, asfixia, miedo, angustia, no entiendo que pasa, no quiero saberlo, hay monstruos afuera que tocan mis paredes, auroras verdes, azules, grises, un vaho congelador me paraliza. Negro.
Unos momentos de luz, superficie, el viento helado me estremece, gritos, frío, miedo, negro, la ausencia de color enloquece.
Es extraño no estar en ninguna parte, vivir bajo el eclipse de haber confundido el alba con el crepúsculo. Yo sólo no estaba listo para nadar sin agua.

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