Vi su rostro lánguido, sus ojos blanquecinos, el entrecejo
unido con molestia. Detrás un enorme agujero negro amenazaba con succionarnos,
pero nadie se movió, ni yo, ni él. Los seres reptaron a nuestras espaldas,
apretujados corrieron hacia la superficie vertical.
Por medio de un espejo sucio con el que él se aseguraba
desde su cabina cromada del futuro que el resto de su nave espacial estaba en
perfecto estado, inmutable, como le gustaba. Él y yo, impertérritos, nos
observamos un eterno segundo, el eterno segundo en el que pude pensar todo
esto. Frío y calculador deja caer sus gordos y velludos dedos sobre monedas de colores
brillantes todo el día, viaja a velocidades infinitas, ve millones de caras,
nadie ve la suya. Excepto yo, que me detuve entre el borde vertiginoso del
precipicio cableado y el profundo agujero que conecta el submundo proletariado,
para hacerle una seña que lo dirigiese a mi rostro, fruncí mi entrecejo y lo
toque varias veces con un dedo, mientras reía.
No pude negar mi naturaleza, tuve que robar una ves más. Las
canicas se asomaron tras la comisura de sus labios y las tomé en un pestañeo. Una
voz femenina perturbo nuestros oídos, una luz roja se encendió sobre mi, un
hombrecito azul me empujo detrás de una línea amarilla dibujada en el piso y cuando
busque de nuevo su mirada me dejo cegada bajo el haz de luz que dejo su
partida.
Pensaba que quizás estaba muy forzada de repente la falda de comas xd Jaja, después entendí un poco y me gustó.
ResponderEliminarEres tú, así de simple y complejo.
Besos Perro (K)
Te amo